La realidad actual de los hábitos de consumo, la saturación de los mercados y el cada vez mayor nivel de exigencia de los consumidores, exige a las empresas un esfuerzo permanente en la mejora de sus productos. Y por supuesto los canales de comunicación deben procurar ganar una posición ventajosa para los mismos con respecto a sus competidores. En este caso la marca o identificador de un producto, actividad o prestación de servicios, debe proporcionar una valor añadido a los mismos y transmitir con eficacia sus características, contenido o significado, facilitando así la percepción más idónea en el público.